“Viejo es el viento, y aún sigue soplando”, respondió alguna vez el gran boxeador panameño Roberto Mano de Piedra Durán cuando le preguntaron si ya estaba viejo para seguir en el deporte. El 15 de diciembre pasado, con la goleada 4 a 2 del Milan a Boca en la final del Mundial de Clubes, se pudo comprobar como los veteranos italianos seguían soplando. Se dijo que las grandes diferencias fueron dos en ese partido: Kaká y la experiencia, ambos factores a favor del equipo europeo.
Martes 4 de marzo. Partido revancha entre Milan y Arsenal por los octavos de final de la Champions League. Resultado Final: Milan 0 – Arsenal 2. El experimentado campeón, eliminado en la primera ronda de choques mano a mano. Un Milan con un promedio de edad de 28 años y 10 meses –y que de los 12 futbolistas que enfrentaron a los ingleses, 9 habían vencido a Boca en Japón- cayó ante un Arsenal más joven: 24 años y 3 meses de promedio (incluido Gilberto Silva, el más viejo con 31, quien jugó apenas cinco minutos). ¿Y la experiencia internacional de los jugadores del Milan?
El Boca que perdió en Japón promedió 25 años y 5 meses. Poco más que un año que el Arsenal. ¿Los ingleses tuvieron más experiencia que Boca y por eso ganaron? No. Arsenal eliminó al Milan porque jugó mejor. Esa es la explicación. Queda claro que la discusión entre pibes o grandes no es lo importante. Hay que hablar de jugadores excelentes, muy buenos, buenos o regulares. En Japón, a Boca le faltó el mejor que tiene –Riquelme- y lo sintió mucho. Milan sí tuvo a su crack –Kaká- y lo disfrutó. Cesc Fabregas (apenas 20 años) fue la figura del Arsenal y su equipo ganó. ¿Acaso Inzaghi pasó de delantero con gran oficio tras marcarle dos goles a Boca a veterano que no patea al arco, en tres meses? No. Y Maldini siempre fue un crack: a los 39 años como ahora. O a los 20.
La idea de estas líneas es tratar de reflexionar sobre la tan mencionada experiencia en el deporte, a partir de esta comparación Boca-Milan-Arsenal. No es caerle al equipo argentino y decir: Boca es malo y Arsenal es bueno. Es darse cuenta, que lo que realmente importa es el talento de los deportistas, y que la experiencia es un factor que puede ayudar a conseguir un objetivo, pero no es indispensable. Pelé le cambió la cara a Brasil en el '58 y ganó el Mundial con 17 años. Después repitió casi pisando los 30. Fangio salió campeón de Fórmula 1 a los 46 años, casi pelado y con bastante panza. Fernando Alonso con sólo 24, mucho pelo y físico envidiable. El que está considerado el mejor defensor italiano de los últimos 25 años, Franco Baresi, falló un penal en la final del Mundial '94. Justo él, el capitán, quien más experiencia tenía. Lanús ganó el último título del fútbol local con la experiencia de Bossio, Graieb y Ribonetto, los tres mayores de 30. Pero los que hicieron goles y tocaron lindo, son todos pibes. Porque no corre más eso de que “los pibes ganan partidos, pero no campeonatos”. Algo más cercano a la realidad es: “los buenos ganan partidos, y los muy buenos campeonatos”. Tenía razón Duran cuando hablaba del viento. Pero otro boxeador, nuestro Oscar Ringo Bonavena una vez señaló que “la experiencia es un peine que te dan cuando te quedas pelado”...
Martes 4 de marzo. Partido revancha entre Milan y Arsenal por los octavos de final de la Champions League. Resultado Final: Milan 0 – Arsenal 2. El experimentado campeón, eliminado en la primera ronda de choques mano a mano. Un Milan con un promedio de edad de 28 años y 10 meses –y que de los 12 futbolistas que enfrentaron a los ingleses, 9 habían vencido a Boca en Japón- cayó ante un Arsenal más joven: 24 años y 3 meses de promedio (incluido Gilberto Silva, el más viejo con 31, quien jugó apenas cinco minutos). ¿Y la experiencia internacional de los jugadores del Milan?
El Boca que perdió en Japón promedió 25 años y 5 meses. Poco más que un año que el Arsenal. ¿Los ingleses tuvieron más experiencia que Boca y por eso ganaron? No. Arsenal eliminó al Milan porque jugó mejor. Esa es la explicación. Queda claro que la discusión entre pibes o grandes no es lo importante. Hay que hablar de jugadores excelentes, muy buenos, buenos o regulares. En Japón, a Boca le faltó el mejor que tiene –Riquelme- y lo sintió mucho. Milan sí tuvo a su crack –Kaká- y lo disfrutó. Cesc Fabregas (apenas 20 años) fue la figura del Arsenal y su equipo ganó. ¿Acaso Inzaghi pasó de delantero con gran oficio tras marcarle dos goles a Boca a veterano que no patea al arco, en tres meses? No. Y Maldini siempre fue un crack: a los 39 años como ahora. O a los 20.
La idea de estas líneas es tratar de reflexionar sobre la tan mencionada experiencia en el deporte, a partir de esta comparación Boca-Milan-Arsenal. No es caerle al equipo argentino y decir: Boca es malo y Arsenal es bueno. Es darse cuenta, que lo que realmente importa es el talento de los deportistas, y que la experiencia es un factor que puede ayudar a conseguir un objetivo, pero no es indispensable. Pelé le cambió la cara a Brasil en el '58 y ganó el Mundial con 17 años. Después repitió casi pisando los 30. Fangio salió campeón de Fórmula 1 a los 46 años, casi pelado y con bastante panza. Fernando Alonso con sólo 24, mucho pelo y físico envidiable. El que está considerado el mejor defensor italiano de los últimos 25 años, Franco Baresi, falló un penal en la final del Mundial '94. Justo él, el capitán, quien más experiencia tenía. Lanús ganó el último título del fútbol local con la experiencia de Bossio, Graieb y Ribonetto, los tres mayores de 30. Pero los que hicieron goles y tocaron lindo, son todos pibes. Porque no corre más eso de que “los pibes ganan partidos, pero no campeonatos”. Algo más cercano a la realidad es: “los buenos ganan partidos, y los muy buenos campeonatos”. Tenía razón Duran cuando hablaba del viento. Pero otro boxeador, nuestro Oscar Ringo Bonavena una vez señaló que “la experiencia es un peine que te dan cuando te quedas pelado”...